Después de que se lleven Dazzler, miro a Brian y le propongo un acuerdo, ya que no me veo capaz de matarle en esas circunstancias. Tan solo tiene 12 años y lo único que le da ventaja es estar escondido y atacar desde allí, y esa no es precisamente la situación en la que se encuentra.
- Nos repartiremos las pertenencias de Dazzler a partes iguales y nos iremos cada uno en una dirección. Cuando hayamos pasado por al lado de 30 árboles termina la tregua- le explico a Brian.
- De acuerdo, a partir del árbol numero 30 somos enemigos.- dice él.
Le dejo el arco a él ya que yo ya tengo uno y yo me llevo el hacha a pesar de que ya tengo una. Soy mas mortífero con dos.
En cuanto a la comida lleva poca encima ya que donde quiera que hayan montado su base los profesionales tendrán bastante, por lo que solo tocamos a una barrita energética cada uno.
Nos damos la mano y nos vamos cada uno por un lado. Ando hasta que he contado 30 árboles y me doy la vuelta para comprobar que no veo a Brian. Acto seguido reanudo mi búsqueda de un refugio donde practicar con el arco.
No me preocupa que Brian me siga porque le oiría llegar. Hace mucho ruido cuando va por los árboles. Aun así permanezco alerta porque en cualquier momento puede pasar algo inesperado.
Me paso todo el día andando, pero lo único que veo son árboles y mas árboles. Este bosque es enorme, por lo que decido subir a un árbol y pasar allí la noche. Me ato con una cuerda y espero a que digan los tributos que han muerto hoy.
Suena el himno del capitolio, y empiezan a salir caras con sus respectivos nombres y distritos. Ashley (Distrito 10), Alex (Distrito 4), Dazzler (Distrito 1) y Ben (Distrito 11).
El único que no se como ha muerto es Ben, pero parecía un rival difícil, así que me alegro de su muerte.
Cierro los ojos e intento dormir, pero no soy capaz. Tengo demasiadas cosas en la cabeza. Me pregunto que estarán haciendo los demás tributos en este momento, pero también me atormenta no saber como están Kate y mis padres.
Finalmente consigo dormirme y para variar esta noche no tengo ninguna interrupción y duermo todo lo que mi cuerpo necesita. Me despierto cuando el sol está casi en su cumbre, por lo que debe de ser casi mediodía.
Me pongo en marcha, y después de un buen rato descubro una gran estructura de piedra. Es una pirámide escalonada. Está claro que es obra del capitolio, ya que se tardaría meses en construirla y no tenemos los materiales para hacerlo.
Supongo que no soy el primero que la veo y que seguramente será la base de los profesionales. Me acerco a la entrada, y descubro una gran cantidad de comida y armas dentro. Está claro que es la base de los profesionales.
Entro de todas formas, ya que parece ser que no están en estos momentos, pero de repente una red me atrapa y me encuentro colgado del techo a bastantes metros de altura.
Oigo una risa que viene de abajo. Es Margaret, la chica del distrito 11. Me mira y me dice:
-Tus días han llegado a tu fin Mason.
-Creo que te equivocas- le digo con una sonrisa.
Compruebo que la montaña de alimentos está justo debajo, y realizo un acto de fe. Corto la red con un hacha y me dejo caer utilizando la montaña como tobogán. Da resultado, por lo que aterrizo sano y salvo justo delante de ella.
Aprovecho su asombro para clavarle un hacha en el brazo, y acto seguido saco la otra e intento clavársela en la cabeza, aunque se aparta y la esquiva.
Se quita el hacha del brazo y me la lanza, aunque sin ningún resultado ya que no se acerca en absoluto a mi cabeza. Lanzar hachas no es lo suyo.
Sin embargo se acerca y me agarra del cuello levantándome casi con ningún esfuerzo. Es bastante mas fuerte que yo.
Hago un esfuerzo y saco un cuchillo con las pocas fuerzas que me quedan. Se lo clavo en la mano, lo que hace que me suelte y que me de tiempo a sacar otro y clavárselo en el corazón.
Me da un puñetazo que me derriba por completo, pero ella también cae debido al cuchillo que tiene clavado.
-Todavía no has ganado Mason- me dice justo antes de morir.
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