Historia que cuenta la historia de Nathan, un chico del distrito 7 que sale elegido para los 56º juegos del hambre

viernes, 18 de diciembre de 2015

Capítulo 28

Observo como cae al suelo el cuerpo inmóvil de Silvia y dejo que me fallen los músculos cayendo de rodillas y abrazándola, suplicando que me perdone una y otra vez y deseando que el cañonazo tarde lo más posible en sonar, y de hecho no suena. Se desvanece sin más como si nunca hubiera estado allí, y de algún modo siento cierto alivio pero me invade un vacío enorme.

Esta claro que esa cosa no era Silvia, ya que si no habría sonado el cañonazo característico, aunque no lo sabré a con certeza hasta esta noche cuando muestren a los fallecidos.

Aun así el vacío no se va. Me siento solo y sin fuerzas para seguir, y si ahora me topara con algún tributo sería mi fin por lo que me quedo en la cueva y hago recuento de mis armas y provisiones. 

Tengo demasiadas armas y no hacen otra cosa que ralentizarme y agotarme, por lo que me deshago del arco, ya que ni se utilizarlo y lo parto en dos junto a las flechas con la ayuda de un hacha para que no le sea de utilidad a ningún tributo una vez me vaya de allí.

Descargo un poco la mochila tomándome una manzana y unas cuantas tiras de cecina y apoyo la cabeza contra la pared dejando que mi mente viaje al distrito 7.  Estoy cortando árboles con Kate como tantas veces hemos hecho, pero hay algo que no me cuadra. Kate tiene la voz de Silvia y de pronto le empiezan a salir garras y me mira con una sonrisa demasiado parecida a la que me mordió hace un rato. Me despierto sobresaltado, pero todo esta oscuro.

Salgo al exterior de la cueva y veo las estrellas, lo que quiere decir que he dormido todo el día a pesar de que me ha parecido un momento. Supongo que dentro de poco me aclararan si esa era Silvia o no, aunque me doy cuenta de que si ha muerto por otras causas aparecerá entre los tributos caídos y de esa forma no sabré si la he matado o no.

Al cabo de un rato suena la odiosa música del Capitolio y con ella la hora de la verdad. Salen dos tributos y uno de ellos me sorprende, aunque no de lo forma en que me temía. La primera en aparecer es Kate, como ya sabia, y acto seguido no es Silvia sino Bob el que aparece, lo cual me alegra doblemente, ya que ha muerto otro de los profesionales y Silvia aun sigue dando guerra por ahí.

No se quien habrá sido capaz de acabar con esa mole de músculos, ya que no quedan muchos con el potencial suficiente para hacerlo, pero dejo de pensarlo y me alegro de haberme quitado esa gran piedra del camino hacia casa, lo que me recuerda que tan solo quedamos 7, entre los que estamos Silvia y yo, los hermanos del 2, Brian, Caroline y Peter, el tributo sordo.

Me subo a un árbol, ya que a estas horas estaría indefenso si alguno me pillara por sorpresa y me dispongo a tomarme unas cuantas tiras de cecina y un poco de agua. Esta caliente pero supongo que me aliviara un poco la sed.

Al cabo de un buen rato me quedo dormido y sorprendentemente no sueño nada. Mi mente debe de estar demasiado cansada como para preocuparse de ello. 

Me despierto por la mañana con unos ruidos de pasos apresurados. Es Peter huyendo de algo que no alcanzo a ver. De pronto un cuchillo se clava en su espalda. Este se gira hacia atrás y una lanza le atraviesa el pecho ensartándole en un árbol. Aparecen Zak y Vivian y él recoge su lanza dejando caer a Peter al suelo para después clavársela en la cabeza y rematarle.

Un aerodeslizador viene a recogerle y yo permanezco inmóvil rezando para que no noten mi presencia, y tengo suerte ya que pasan de largo. No se como Peter ha aguantado hasta ahora en las condiciones en las que estaba, pero a veces el instinto de supervivencia es muy fuerte y esta claro que el lo tenía.

Me vienen a la cabeza todas las cosas que me han pasado estos días, y las veces que he estado a punto de morir. Me ha costado llegar hasta aquí sudor y sangre y no pienso rendirme ahora que estoy cada vez más cerca de ganar los juegos. Lo que más me duele es que Silvia tenga que morir para ello. No se lo merece y si pudiera hacer algo para salvarla conmigo lo haría, pero tengo la obligación de volver con Kate y mis padres, ya que no la puedo dejar sola con el bebé y mis padres no pueden perder otro hijo. 

Por eso espero no tener que verme en la situación de quedar los dos solos, ya que no creo que fuera capaz de matarla. Casi me da algo cuando maté a esa cosa que quería parecerse a ella, así que no me quiero ni imaginar como sería matarla de verdad.

Por el momento decido quedarme donde estoy, ya que tengo comida para varios días y agua para unos dos días si me la raciono bien, y además aquí estoy bastante resguardado de los tributos que puedan pasar. Con suerte se matarán entre ellos mientras yo estoy aquí.

Sin embargo mi idea no dura mucho, ya que al rato empieza a diluviar y un rayo parte en dos el árbol donde estoy catapultándome de bruces contra el suelo. Me hago bastante daño, pero no lo suficiente para quedarme parado sin hacer nada. Me levanto y me dispongo a buscar una salida del bosque lo mas rápido posible, ya que estoy en el mejor sitio para que me caiga un rayo y deje en el sitio.

Al cabo de un rato me encuentro con la pirámide de los profesionales, pero no entro, ya que prefiero que me caiga un rayo que enfrentarme a esas dos máquinas de matar. Y hago bien ya que al poco salgo del bosque y llego a la explanada de los baobabs de nuevo.

Me alejo de allí dejando atrás el bosque y los baobabs y me aventuro a una parte de la arena donde nunca he estado. 

jueves, 10 de diciembre de 2015

Capitulo 27


De pronto el baobab empieza a inclinarse.  Cierro los ojos esperando una muerte segura, pero sorprendentemente el campo de fuerza lo para en seco. Me agarro rápidamente al borde del baobab quedándome a pocos centímetros de morir electrocutado, pero Karen no reacciona y muere en cuanto su cuerpo entra en contacto con el campo de fuerza. 

No se que habrá causado el estado en el que se encontraba pero seguramente este relacionado con el muto, el cual esta subiendo por el baobab y me hace pensar una vez más que mi final está a punto de llegar, ya que por un lado tengo el campo de fuerza y por el otro lado a esa cosa a punto de alcanzarme. Miro hacia abajo y descubro que el baobab no se ha quedado muy lejos del suelo por lo que salto en un acto de desesperación, aunque la altura es lo bastante grande como para torcerme un tobillo.

Miro hacia arriba y veo como el muto sigue subiendo al creer que sigo arriba y salta hacia el campo de fuerza muriendo al instante al no tener conocimiento de su existencia.



Suena un cañonazo y un aerodeslizador se lleva a Karen.  El cielo sigue teñido de rojo y empiezo a subir con dificultad por el baobab para coger la mochila y las armas. Después vuelvo al bosque que ayer deje atrás y empiezo a andar olvidándome de cualquier intento de escalar con el tobillo mal otro de los baobabs. 

Snow no exageraba cuando dijo que este año los juegos serían mas duros al suicidarse el tributo del 12. Ya he perdido la cuenta de las veces que he estado al borde de la muerte desde que empezaron los juegos pero esta claro que este año la suerte esta de mi parte, y espero que siga siendo así. Creo que puedo ganar, pero se que todavía tendré que sortear multitud de peligros inesperados, por lo que retomo el estado de alerta que de alguna forma me ha permitido llegar hasta aquí. 

El bosque es más tenebroso con el cielo teñido de rojo y las sombras que proyectan los árboles en el suelo parecen cobrar vida y estar a punto de atraparme.

De pronto mi mente se va a un recuerdo pasado. Tenía 5 años y estaba sentado en medio del bosque llorando porque había perdido a mis padres. Estaba atardeciendo y estaba rodeado de árboles cuyas sombras daban la sensación de intentar atraparme por lo que empecé a correr Intentando huir de ellas, pero los árboles no desaparecían por lo que las sombras tampoco. Finalmente mi padre me encontró y volví a casa, pero a partir de ese día intento evitar ir al bosque de noche. 

Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y puedo soportarlo perfectamente. No puedo dejar que una antigua fobia me haga perder los juegos. Sigo andando sin rumbo fijo en busca de algún sitio para refugiarme.

Oigo el sonido de pájaros rozando las hojas de los árboles al pasar. Es extraño porque ayer el bosque estaba inmóvil y sin vida, pero ahora poco a poco se está empezando a llenar de ruidos producidos por diversas criaturas. Veo todo tipo de pájaros volando entre los árboles, aunque ningún animal terrestre. Parecen inquietos, ya que no paran de pasar una y otra vez de forma alborotada. 

Supongo que será por el color del cielo y el ambiente tan tenebroso que se ha formado. Al instante empieza a diluviar, pero la lluvia no es del color al que estoy acostumbrado sino roja. Cada porción roja del cielo cae en forma de lluvia y le devuelve a este su color original.

Es un alivio volver a ver la luz del día. Me paro un segundo a disfrutar del aire fresco y retomo mi camino.

Estoy todo manchado de rojo, y en cierto modo eso me beneficia ya que los tributos que me puedan encontrar no sabrán lo que son heridas y lo que no.

En ese momento me doy cuenta de que entre la medicina del capitolio y el fruto del baobab las heridas se me han curado en gran parte, ya que no me duele nada mas que el tobillo y el pecho, debido al zarpazo del muto.

Al rato encuentro una cueva en medio del bosque y para mi sorpresa, Silvia esta dentro escondida con un cuchillo apuntándome, por lo que me aparto hacia un lado instintivamente lo mas rápido que puedo y veo un cuchillo salir de la cueva y clavarse en un árbol, entro y la empujo contra la pared inmovilizándola.

-¿Que haces Silvia?- le digo.

-Matarte como debería haber hecho desde el principio- me dice con desprecio.

El corazón me da un vuelco y me quedo inmovilizado. Acto seguido siento un gran dolor en el brazo y veo como Silvia me clava unos dientes demasiado afilados como para pertenecer a un ser humano, y empieza a convertirse en otra cosa. Sus manos y pies se convierten en garras y sus dientes se clavan aun mas en mi brazo.

Cojo la espada y se la clavo todo lo fuerte que puedo suplicando en mi interior que no suene el cañonazo.

martes, 8 de diciembre de 2015

Serie de Los Juegos del Hambre

¡Acabo de ver una noticia que dice que posiblemente hagan una serie a modo de precuela de los juegos del hambre! No se a vosotros pero a mi me encantaría y he puesto un comentario diciendo lo que me gustaría a mi que tratase:

Ojala sea verdad :D lo ideal seria hacer varios web-episodios de 20 min donde en cada uno se conocería a un personaje de una época determinada después de la rebelión que causo la creación de los juegos y luego dividir los juegos del hambre a los que va dicho personaje en dos episodios de 45 min para cada uno. Así la historia de cada uno se contaría en total en 110 min y además al final de cada parte nos dejarían una intriga enorme por saber que pasa en la segunda parte de dichos juegos. todos esos personajes podrian pertenecer a diferentes épocas y juegos o bien a los mismos juegos del hambre así no sabríamos quien ganaría aunque para mi personalmente me parece mas interesante ver diferentes juegos en épocas distintas como los de Haymitch.

Os dejo el enlace a la pagina:
http://www.elmulticine.com/noticias2.php?orden=468136

lunes, 2 de diciembre de 2013

Capitulo 26


No quiero  matarla, ya que sería como si estuviera matando a Kate, pero si tengo que hacerlo para sobrevivir la mataré.

Le apunto con el arco y le digo: 

-Si aceptas ser mi aliada no te mataré.

Está en clara desventaja, ya que el mínimo movimiento en falso le haría caer al vacío.

-Vale, acepto- me dice sobresaltada pero muy segura de si misma.

La ayudo a subir el último tramo y le doy la mano para validar nuestra alianza. Cuando la miro, mi mente se va al distrito 7 y me hace sentir que estoy con Kate, pero solo durante un instante.

-¿Que pasa? ¿Tengo monos en la cara?- me dice algo molesta.

-No, es que me recuerdas a alguien...- digo yo un poco triste desviando la mirada hacia abajo.

Le ofrezco algunas barritas ya que tengo comida de sobra, y nos sentamos cada uno pensando en sus cosas. Posiblemente el padre de Kate ya sepa que su hija está en los juegos del hambre, pero no creo que se lo haya contado a Kate ni a sus hermanas. Creo que solo lo sabemos su padre, el chico avox y yo.  

Decido contárselo, ya que se merece saberlo, y así Kate y sus hermanas también sabrán la verdad, ya que les obligan a ver los juegos.

-¿Sabes una cosa?- le digo a Karen.

-¿Que?- me dice sin mucho interés.

-Se que fue lo que te pasó exactamente- le digo con una ligera sonrisa.

-¿De que hablas?- me dice extrañada.

-Se como llegaste al distrito 8 y lo que le pasó a tu madre- digo esta vez con más delicadeza.

-Tu que sabrás de mi vida- me dice con cara de desprecio- no tienes ni idea.

- De hecho conozco a tu padre biológico y se que tienes una hermana, con la cual llevo saliendo dos años, y un hermano, al cual le cortaron la lengua por intentar salvar a tu madre- digo sin hacer caso de su contestación.

No dice nada, y se queda mirando la gran extensión de tierra que se encuentra en dirección al campo de fuerza. Debe ser duro para ella no haber sabido nada acerca de su procedencia hasta el día de  hoy.

- Es frustrante...es frustrante que haya tenido que venir a los juegos para enterarme por fin de que es lo que me hizo llegar hasta el distrito 8  y si tenía tan siquiera algún familiar vivo- dice con voz apagada.

- Lo siento, tal vez no debería habértelo contado- digo yo arrepentido.

- No, no te preocupes por eso, me alegra saberlo antes de morir-dice- Lo que me fastidia es no haberlo sabido antes, y que encima me tendré que mostrar agradecida ante el Capitolio si gano, ya que gracias a que Snow me ha traído aquí se la verdad...¡Pero quiero que sepáis que no me siento agradecida en absoluto, ya que fuisteis vosotros los que me arrebatasteis a mi familia!- dice esta vez gritando hacia el cielo.

Se echa a llorar, y me veo obligado a abrazarla para consolarla, pero se aparta y me dice que prefiere no empatizar con nadie en la arena ya que en cualquier momento tendrá que matar para sobrevivir y eso solo supondrá un problema.

- De acuerdo Karen, yo pienso lo mismo. Nos limitaremos a actuar en equipo en caso de que sea necesario- digo yo cerrando así la conversación.

Todavía es por la mañana y no se los que nos deparará el día, pero presiento que no sera nada bueno. 

Permanezco un rato sentado y de pronto veo como el cielo se empieza a teñir de un rojo muy oscuro. Da la sensación de estar en el infierno. Miro a Karen, y descubro que está en estado de shock.

-¿Estas bien?- le digo.

Pero no contesta, se limita a mirarme con los ojos en blanco. En ese momento me doy cuenta de que estoy muy asustado. No se que le pasa, ni que hacer para que deje comportarse así. 

De repente empieza a balbucear palabras sin sentido:

- muto, levanta, rojo, abajo, mira, corre, vivir, ahora.

Inconscientemente me levanto y miro abajo. Hay un muto enorme haciendo temblar el baobab, ya que lo está envistiendo una y otra vez.

domingo, 1 de diciembre de 2013

DISTRITO 7

Hoy os traigo las fotos del distrito 7! Los protagonistas! Espero que os gusten :) comentad porfa.

Nathan






















Silvia

lunes, 23 de septiembre de 2013

Premio Liebster Award

Muchas gracias clover por nominarme a este premio. Admiro mucho tu blog http://blogdeldistrito7.blogspot.com.es/ .

Os aconsejo a todos/as que visiteis su blog porque esta muy interesante, es muy agradable de leer por la música de fondo y me encanta el diseño del blog.

Sigue escribiendo :)

lunes, 9 de septiembre de 2013

Premio: Blogs encadenados

Muchas gracias MK amante de libros y Paula (yuna6785) por nominarme.

                                                         Reglas:
1- Si apareces en esta lista debes escribirla en tu blog con el título "Blogs encadenados", debes copiar la lista con los enlances incluidos, recuerda que esto es para conocer más blogs.
2- Nombra diez blogs más.
3- Haz saber a tus nombrados que son blogs encadenados.

                                               Blogs que se nombran:                                             
- No todo es lo que parece
- La vida de Rue Mellark Everdeen
- La vida de Finnik y Annie
- Desperate knife
- Sigo apostando por ti
- Amor de capitolio
- Recuerda que te...
- Los 56º juegos del hambre
- Los juegos del hambre
- En las alas del sinsajo
-DESTINO
-Diario de una princesa rebelde

                                                     Blogs que nomino:
-Blog del distrito 7
-Los sextuagesimo primeros juegos del hambre
-Top secret solo para tus ojos
-Los quintuagesimos juegos del hambre
-Noticias sobre los juegos del hambre

-Una profesional diferente

miércoles, 28 de agosto de 2013

Capitulo 25


Cojo toda la comida que me cabe en la mochila y salgo corriendo de allí deseando encontrar  pronto un lugar donde dejar provisionalmente algunas cosas, ya que la mochila me pesa demasiado.

Sigo explorando el extraño bosque mas alerta que nunca, ya que los profesionales tienen que estar cerca. 

Pasado un rato hago recuento de las armas que tengo para evitar pensar en Silvia, Kate y mis padres. Tengo un arco con 5 flechas, una espada, dos hachas, dos cuchillos y un extraño espejo, si es que se puede considerar como arma. Todavía no he conseguido averiguar para que sirve, pero tengo el presentimiento de que me será de ayuda en algún momento.

De pronto un ruido en el estomago me hace darme cuenta de que llevo muchas horas sin comer, por lo que me tomo 3 barritas energéticas.

También tengo sed, pero solo tomo un par de sorbos, ya que solo tengo una cantimplora y no se si encontraré agua pronto.

Después de andar durante casi todo el día encuentro el final del bosque. Lo primero que veo son baobabs, y decido subir a lo alto de uno de ellos, ya que desde allí podre vigilar quien se acerca y tendré muchas menos posibilidades de morir.

Pongo en practica la forma de escalar con dos hachas que aprendí en los entrenamientos.

Cuesta bastante, y más con la mochila llena, pero hago un esfuerzo y consigo llegar a la cima después de unos 10 minutos.

Hay bastantes frutos de baobab en la cima. Supongo que en estos momentos algún tributo deseara tener tan solo uno para curarse de alguna herida. 

Cojo unas cuantas hojas de baobab y exprimo los frutos en ellas para luego ponérmelas en las numerosas heridas que tengo. Supongo que mañana se me habrán curado casi por completo. 

Me concedo un minuto para mirar las vistas, y veo un gran bosque por un lado, y solo arena por el otro. Pero me resulta extraño no ver absolutamente un solo arbusto o indicio de vida en esa dirección.  Quizá esté en uno de los extremos del recinto y toda esa arena solo sea una imagen. 

Para comprobarlo lanzo una manzana todo lo lejos que puedo, y descubro que llegado un punto la manzana rebota y cae en la arena. Me alegro de no haber seguido andando, ya que me habría dado de lleno contra el campo de energía y posiblemente me habría matado.

Finalmente me tumbo a descansar utilizando la mochila como almohada y espero a que se haga de noche para ver quién ha muerto hoy. 

Cuando llega el momento la única cara que sale en el cielo es la de Margaret. Presiento que el Capitolio hará algo pronto si ve que no mueren casi tributos. Y ese algo no va a ser nada bueno.

Al cabo de un rato me duermo, pero me despierto muchas veces ya que aquí arriba hace mucho frío por las noches.

Me despierto sobresaltado porque algo produce un chasquido muy cerca de mi oído. Me pongo de pie y descubro que alguien está escalando el baobab, y está casi en la cima. No me ve, pero yo si a ella. Es Karen.

domingo, 25 de agosto de 2013

Capitulo 24

Después de que se lleven Dazzler, miro a Brian y le propongo un acuerdo, ya que no me veo capaz de matarle en esas circunstancias. Tan solo tiene 12 años y lo único que le da ventaja es estar escondido y atacar desde allí, y esa no es precisamente la situación en la que se encuentra.

- Nos repartiremos las pertenencias de Dazzler a partes iguales y nos iremos cada uno en una dirección. Cuando hayamos pasado por al lado de 30 árboles termina la tregua- le explico a Brian.

- De acuerdo, a partir del árbol numero 30 somos enemigos.- dice él.

Le dejo el arco a él ya que yo ya tengo uno y yo me llevo el hacha a pesar de que ya tengo una. Soy mas mortífero con dos. 

En cuanto a la comida lleva poca encima ya que donde quiera que hayan montado su base los profesionales tendrán bastante, por lo que solo tocamos a una barrita energética cada uno.

Nos damos la mano y nos vamos cada uno por un lado. Ando hasta que he contado 30 árboles y me doy la vuelta para comprobar que no veo a Brian. Acto seguido reanudo mi búsqueda de un refugio donde practicar con el arco.

No me preocupa que Brian me siga porque le oiría llegar. Hace mucho ruido cuando va por los árboles. Aun así permanezco alerta porque en cualquier momento puede pasar algo inesperado.

Me paso todo el día andando, pero lo único que veo son árboles y mas árboles. Este bosque es enorme, por lo que decido subir a un árbol y pasar allí la noche. Me ato con una cuerda y espero a que digan los tributos que han muerto hoy.

Suena el himno del capitolio, y empiezan a salir caras con sus respectivos nombres y distritos. Ashley (Distrito 10), Alex (Distrito 4), Dazzler (Distrito 1) y Ben (Distrito 11).

El único que no se como ha muerto es Ben, pero parecía un rival difícil, así que me alegro de su muerte. 

Cierro los ojos e intento dormir, pero no soy capaz. Tengo demasiadas cosas en la cabeza. Me pregunto que estarán haciendo los demás tributos en este momento, pero también me atormenta no saber como están Kate y mis padres.

Finalmente consigo dormirme y para variar esta noche no tengo ninguna interrupción y duermo todo lo que mi cuerpo necesita. Me despierto cuando el sol está casi en su cumbre, por lo que debe de ser casi mediodía.

Me pongo en marcha, y después de un buen rato descubro una gran estructura de piedra. Es una pirámide escalonada. Está claro que es obra del capitolio, ya que se tardaría meses en construirla y no tenemos los materiales para hacerlo.

Supongo que no soy el primero que la veo y que seguramente será la base de los profesionales. Me acerco a la entrada, y descubro una gran cantidad de comida y armas  dentro. Está claro que es la base de los profesionales.

Entro de todas formas, ya que parece ser que no están en estos momentos, pero de repente una red me atrapa y me encuentro colgado del techo a bastantes metros de altura.

Oigo una risa que viene de abajo. Es Margaret, la chica del distrito 11. Me mira y me dice:

-Tus días han llegado a tu fin Mason.

-Creo que te equivocas- le digo con una sonrisa.

Compruebo que la montaña de alimentos está justo debajo, y realizo un acto de fe. Corto la red con un hacha y me dejo caer utilizando la montaña como tobogán. Da resultado, por lo que aterrizo sano y salvo justo delante de ella.

Aprovecho su asombro para clavarle un hacha en el brazo, y acto seguido saco la otra e intento clavársela en la cabeza, aunque se aparta y la esquiva. 

Se quita el hacha del brazo y me la lanza, aunque sin ningún resultado ya que no se acerca en absoluto a mi cabeza. Lanzar hachas no es lo suyo.

Sin embargo se acerca y me agarra del cuello levantándome casi con ningún esfuerzo. Es bastante mas fuerte que yo.

Hago un esfuerzo y saco un cuchillo con las pocas fuerzas que me quedan. Se lo clavo en la mano, lo que hace que me suelte y que me de tiempo a sacar otro y clavárselo en el corazón.
 
Me da un puñetazo que me derriba por completo, pero ella también cae debido al cuchillo que tiene clavado.

-Todavía no has ganado Mason- me dice justo antes de morir.

jueves, 1 de agosto de 2013

Capitulo 23


Me saco los cuchillos con cuidado, y descubro que no me ha hecho ninguna herida grave, aunque estoy bastante dolorido y agotado.

Aun así me alejo de allí todo lo que puedo y voy en busca de algún refugio para poder practicar con el arco y de paso disminuir el número de tributos en mi contra. 

Al rato me encuentro con un frondoso bosque delante de mis narices. Es bastante distinto al que yo conocía en el distrito 7, pero es agradable tener algo de sombra después de dos días de sol abrasador. Supongo que por aquí estarán los profesionales acechando a cualquier tributo que se acerque, por lo que voy con especial cuidado.

Desde que empezaron los juegos han pasado muchas cosas, demasiadas para llevar tan solo dos días aquí dentro. Supongo que Snow se está tomando al pie de la letra lo de hacer estos juegos mas duros. Quien sabe lo que nos espera en los próximos días a los que permanezcamos vivos.

De pronto oigo un ruido encima mío, pero no veo nada. El ruido vuelve, pero esta vez un poco mas cerca. Esta claro que algo o alguien esta observandome desde los árboles.

Empiezo a correr, y el ruido me sigue por encima de mi cabeza. Un dardo da en mi mochila, y es cuando se que es el mismo chico que intentó matarme en el acantilado. 

Me paro en seco porque tengo un muto enorme delante mío. Tiene forma de humano pero con pelo por todo el cuerpo. Salgo corriendo hacia un lado, pero el muto me agarra y me lanza por los aires.

Cojo el hacha y me dispongo a clavársela ayudándome de la fuerza de la caída. Se la clavo en un brazo y salgo corriendo lo mas rápido que puedo ya que no puedo competir contra el yo solo, pero alguien me cae encima. Es el chico del distrito 3.

Nos ignoramos el uno al otro y corremos tan lejos como podemos del muto. Un hacha pasa por encima de mi cabeza. Miro hacia atrás y me doy cuenta de que el muto está justo detrás nuestro. No creo que podamos huir de él, así que le digo al chico que me ayude a matarlo. 

Le empieza a lanzar dardos con una cerbatana, pero no le hace ningún efecto, así que le lanzo el hacha a la cabeza, la cual rebota como si se tratase de una pelota. 

Me quedo paralizado. No se como salir de esta situación, ya que parece ser que el muto no tiene ningún punto débil. 

De repente una flecha le atraviesa el cuello. Es Dazzler, la chica del distrito 1. El muto cae redondo al suelo y produce un tremendo estruendo, el cual no nos deja escuchar lo que ha dicho Dazzler después de matarlo.

-¿Que has dicho?-le pregunto a Dazzler.

- Que prefiero ser yo la que os mate- dice Mientras se dispone a lanzarnos una flecha a alguno de los dos desde el árbol en que esta subida.

Brian (el chico del 3) y yo intercambiamos miradas, y yo le lanzo a ella un cuchillo y él un dardo, los cuales dan uno en cada pierna. Se escurre y se cae del árbol, dándose un fuerte golpe en la cabeza, el cual no la termina de matar, pero sin pensarlo le corto el cuello de un hachazo y la mato definitivamente.

domingo, 30 de junio de 2013

Capitulo 22


Me despierto sobresaltado. Un pitido insoportable me está taladrando los oídos. Salgo con dificultad al exterior a ver que pasa, pero no veo nada fuera de lo normal, aparte del extraño color naranja del cielo, el cual no me preocupa ya que anoche se puso del mismo color al anochecer. 

Me dan ganas de arrancarme los oídos. Me estoy volviendo loco, y cada vez veo mas borroso. Entreveo una silueta acercándose hacia mi con un arco dispuesta a taladrarme con una flecha. En ese momento se que mis días han llegado a su fin, pero no llega a lanzarla, ya que algo hace que caiga redonda al suelo.

Un segundo después aparece Silvia detrás. Ha sido ella quién me ha salvado de mi muerte segura.

-Gracias Silvia- le digo todavía un poco aturdido.

No me contesta. En vez de eso se tira al suelo y se tapa los oídos todo lo fuerte que puede. Todavía le debe durar el pitido en los oídos. Me pregunto que habrá sido.

Me acerco a ella e intento que se tranquilice, intentando así que deje de oír el dichoso pitido, el cual pronto le desaparece. Me mira y me dice que vayamos a ver quien a muerto. 

Es Ashley, la chica del distrito del distrito 10.

Recuerdo que era muy creída y pensaba que por el hecho de que sus padres hubieran ganado los juegos ella también los ganaría. No me da pena que haya muerto.

Recogemos su mochila y todas sus pertenencias, y las llevamos al baobab. Examino todo lo que tenía para hacer recuento de los suministros y armas de los que disponemos.

En cuanto a comida tiene unos cuantos ratones como el que me encontré muerto al lado del río, un par de manzanas, unas diez tiras de cecina, y bastantes barritas energéticas procedentes del Capitolio.

En el recuento de las armas que hemos conseguido, se encuentran un arco, un juego de cuchillos, y un extraño objeto cúbico con un botón de color amarillo en un lado. En otro de los lados pone con letras grabadas: "Pulsa y todo ser vivo a dos kilómetros a la redonda enloquecerá durante unos minutos".

En ese momento se quién fue la causante del pitido que casi nos mata. Ashley. 

-Cuando me vaya te lo quedarás tú- le digo a Silvia.

-Bueno...eso ya lo veremos Nathan- me dice con una sonrisa en la boca.

No se si se refiere a que ya veremos si se queda ella el arma o al hecho de que en algún momento me vaya, pero decido no preguntarlo. Tengo muy claro que me voy a ir pronto, y no la avisaré cuando lo haga. Es lo mejor para los dos.

Nos tumbamos, y nos dormimos esperando que no se produzca ningún incidente más como el de hace un rato.

Cuando despierto Alex no ha llegado todavía. Es el mejor momento para irme, ya que Silvia se sabe cuidar sola, y no me gustaría tener que matarla. Pongo con un cuchillo en la madera del baobab que no voy a volver, y me voy no sin antes darle un beso de despedida a Silvia.

Le dejo la mitad de la comida, los cuchillos y el extraño cubo, y yo me llevo el arco. Practicaré un poco con el cuando encuentre algún sitio donde refugiarme. También me llevo la medicina que me dio Alex, ya que todavía no se me ha curado del todo la herida que me hizo el muto.

El cielo está bastante despejado, y no puedo evitar sentirme admirado por el bello paisaje que tengo delante. Si no fuera por que estoy en los juegos del hambre me gustaría vivir aquí.

Nada más ponerme en marcha, un cuchillo se me clava en la espalda. Me doy la vuelta, y al ver a Alex dispuesto a lanzarme otro, no dudo en lanzarle el hacha a la cabeza. La esquiva, y me lanza otro cuchillo, el cual yo también esquivo.

Cojo la espada y corro hacia el dispuesto a clavársela, pero me lanza otro cuchillo que me da en la pierna. Me caigo al suelo y se lanza encima mío, pero ruedo hacia un lado y le clavo la espada en el corazón.

domingo, 5 de mayo de 2013

Capitulo 21

-¡No!- grita Silvia- ¡No lo hagas!

Paro de dirigirme hacia él, pero no puedo evitar cubrir a Silvia y ponerme en guardia.

-No os voy a hacer nada Nathan, estoy aliado con Silvia- dice Alex.

En ese momento todos mis músculos se relajan, aunque permanezco alerta a cualquier comportamiento sospechoso.

-¿Violet no estaba contigo?- pregunta Silvia a Alex.

-Si, pero en hubo un momento en que la perdí. Pensaba que estaba aquí- dice Alex preocupado.

Me veo obligado a ofrecerme a ayudar a buscarla, pero Silvia me dice que tengo que descansar y curarme de la herida que me ha hecho el muto.

-No llegarás lejos en ese estado- me dice Alex.

Así que me dejo aconsejar y me siento al lado de Silvia. Alex me da una medicina que le debe de haber mandado el Capitolio gracias a sus patrocinadores, y sale en busca de Violet. 

Silvia coge un poco de medicina y me la unta con cuidado en el pecho.

-Pronto estarás curado- me dice Silvia.

-Gracias - le digo con una sonrisa.

Estoy muy a gusto con Silvia pero no me gustaría tener que matarla. No se que haré cuando esté curado, ya que no puedo dejar a Silvia a cargo de Alex, porque no dudará en matarla si tiene que hacerlo. 

Un rato después, oigo un cañonazo. Miro a Silvia y noto que está preocupada, aunque no quiere que me de cuenta. 

Pasamos todo el día esperando la llegada de Alex o Violet, pero ninguno de los dos aparece. 

Suena el himno del Capitolio y Silvia sale a descubrir en el cielo quien ha muerto esta mañana. 

Vuelve con una lagrima corriendole por la mejilla.

-Ha muerto Violet- dice intentando no derramar ninguna lágrima más.

Me limito a abrazarla. Su pelo huele bien a pesar de llevar dos días sin utilizar las avanzadas duchas del capitolio. Permanecemos abrazados durante bastante tiempo sentados en la parte mas alejada del pequeño agujero que da al exterior.

Yo no he llegado a conocer a Violet, pero se nota que Silvia se llevaba bien con ella a pesar de haber estado tan solo un día con ella. No puedo evitar sentir pena por ella, pero supongo que es necesario que mueran tributos para poder ganar.

Miro a Silvia y veo que está dormida. Me gustaría que ese momento no acabase nunca. Pero se que pronto tendremos que volver a separarnos si queremos que todos los momentos que hemos pasado juntos queden intactos en nuestra memoria y que no se manchen de sangre solo porque el Capitolio quiera dar emoción a los juegos.

Todavía quedamos 15 tributos, por lo que todavía tenemos todos muchas posibilidades de morir.