Historia que cuenta la historia de Nathan, un chico del distrito 7 que sale elegido para los 56º juegos del hambre

miércoles, 28 de agosto de 2013

Capitulo 25


Cojo toda la comida que me cabe en la mochila y salgo corriendo de allí deseando encontrar  pronto un lugar donde dejar provisionalmente algunas cosas, ya que la mochila me pesa demasiado.

Sigo explorando el extraño bosque mas alerta que nunca, ya que los profesionales tienen que estar cerca. 

Pasado un rato hago recuento de las armas que tengo para evitar pensar en Silvia, Kate y mis padres. Tengo un arco con 5 flechas, una espada, dos hachas, dos cuchillos y un extraño espejo, si es que se puede considerar como arma. Todavía no he conseguido averiguar para que sirve, pero tengo el presentimiento de que me será de ayuda en algún momento.

De pronto un ruido en el estomago me hace darme cuenta de que llevo muchas horas sin comer, por lo que me tomo 3 barritas energéticas.

También tengo sed, pero solo tomo un par de sorbos, ya que solo tengo una cantimplora y no se si encontraré agua pronto.

Después de andar durante casi todo el día encuentro el final del bosque. Lo primero que veo son baobabs, y decido subir a lo alto de uno de ellos, ya que desde allí podre vigilar quien se acerca y tendré muchas menos posibilidades de morir.

Pongo en practica la forma de escalar con dos hachas que aprendí en los entrenamientos.

Cuesta bastante, y más con la mochila llena, pero hago un esfuerzo y consigo llegar a la cima después de unos 10 minutos.

Hay bastantes frutos de baobab en la cima. Supongo que en estos momentos algún tributo deseara tener tan solo uno para curarse de alguna herida. 

Cojo unas cuantas hojas de baobab y exprimo los frutos en ellas para luego ponérmelas en las numerosas heridas que tengo. Supongo que mañana se me habrán curado casi por completo. 

Me concedo un minuto para mirar las vistas, y veo un gran bosque por un lado, y solo arena por el otro. Pero me resulta extraño no ver absolutamente un solo arbusto o indicio de vida en esa dirección.  Quizá esté en uno de los extremos del recinto y toda esa arena solo sea una imagen. 

Para comprobarlo lanzo una manzana todo lo lejos que puedo, y descubro que llegado un punto la manzana rebota y cae en la arena. Me alegro de no haber seguido andando, ya que me habría dado de lleno contra el campo de energía y posiblemente me habría matado.

Finalmente me tumbo a descansar utilizando la mochila como almohada y espero a que se haga de noche para ver quién ha muerto hoy. 

Cuando llega el momento la única cara que sale en el cielo es la de Margaret. Presiento que el Capitolio hará algo pronto si ve que no mueren casi tributos. Y ese algo no va a ser nada bueno.

Al cabo de un rato me duermo, pero me despierto muchas veces ya que aquí arriba hace mucho frío por las noches.

Me despierto sobresaltado porque algo produce un chasquido muy cerca de mi oído. Me pongo de pie y descubro que alguien está escalando el baobab, y está casi en la cima. No me ve, pero yo si a ella. Es Karen.

2 comentarios:

  1. Me paso por aquí para decirte que eres un blog encadenado, pasate por mi blog para saber más:
    http://thg-unaprofesionaldiferente.blogspot.com.es/2013/09/blogs-encadenados.html

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