No quiero matarla, ya que sería como si estuviera matando a Kate, pero si tengo que hacerlo para sobrevivir la mataré.
Le apunto con el arco y le digo:
-Si aceptas ser mi aliada no te mataré.
Está en clara desventaja, ya que el mínimo movimiento en falso le haría caer al vacío.
-Vale, acepto- me dice sobresaltada pero muy segura de si misma.
La ayudo a subir el último tramo y le doy la mano para validar nuestra alianza. Cuando la miro, mi mente se va al distrito 7 y me hace sentir que estoy con Kate, pero solo durante un instante.
-¿Que pasa? ¿Tengo monos en la cara?- me dice algo molesta.
-No, es que me recuerdas a alguien...- digo yo un poco triste desviando la mirada hacia abajo.
Le ofrezco algunas barritas ya que tengo comida de sobra, y nos sentamos cada uno pensando en sus cosas. Posiblemente el padre de Kate ya sepa que su hija está en los juegos del hambre, pero no creo que se lo haya contado a Kate ni a sus hermanas. Creo que solo lo sabemos su padre, el chico avox y yo.
Decido contárselo, ya que se merece saberlo, y así Kate y sus hermanas también sabrán la verdad, ya que les obligan a ver los juegos.
-¿Sabes una cosa?- le digo a Karen.
-¿Que?- me dice sin mucho interés.
-Se que fue lo que te pasó exactamente- le digo con una ligera sonrisa.
-¿De que hablas?- me dice extrañada.
-Se como llegaste al distrito 8 y lo que le pasó a tu madre- digo esta vez con más delicadeza.
-Tu que sabrás de mi vida- me dice con cara de desprecio- no tienes ni idea.
- De hecho conozco a tu padre biológico y se que tienes una hermana, con la cual llevo saliendo dos años, y un hermano, al cual le cortaron la lengua por intentar salvar a tu madre- digo sin hacer caso de su contestación.
No dice nada, y se queda mirando la gran extensión de tierra que se encuentra en dirección al campo de fuerza. Debe ser duro para ella no haber sabido nada acerca de su procedencia hasta el día de hoy.
- Es frustrante...es frustrante que haya tenido que venir a los juegos para enterarme por fin de que es lo que me hizo llegar hasta el distrito 8 y si tenía tan siquiera algún familiar vivo- dice con voz apagada.
- Lo siento, tal vez no debería habértelo contado- digo yo arrepentido.
- No, no te preocupes por eso, me alegra saberlo antes de morir-dice- Lo que me fastidia es no haberlo sabido antes, y que encima me tendré que mostrar agradecida ante el Capitolio si gano, ya que gracias a que Snow me ha traído aquí se la verdad...¡Pero quiero que sepáis que no me siento agradecida en absoluto, ya que fuisteis vosotros los que me arrebatasteis a mi familia!- dice esta vez gritando hacia el cielo.
Se echa a llorar, y me veo obligado a abrazarla para consolarla, pero se aparta y me dice que prefiere no empatizar con nadie en la arena ya que en cualquier momento tendrá que matar para sobrevivir y eso solo supondrá un problema.
- De acuerdo Karen, yo pienso lo mismo. Nos limitaremos a actuar en equipo en caso de que sea necesario- digo yo cerrando así la conversación.
Todavía es por la mañana y no se los que nos deparará el día, pero presiento que no sera nada bueno.
Permanezco un rato sentado y de pronto veo como el cielo se empieza a teñir de un rojo muy oscuro. Da la sensación de estar en el infierno. Miro a Karen, y descubro que está en estado de shock.
-¿Estas bien?- le digo.
Pero no contesta, se limita a mirarme con los ojos en blanco. En ese momento me doy cuenta de que estoy muy asustado. No se que le pasa, ni que hacer para que deje comportarse así.
De repente empieza a balbucear palabras sin sentido:
- muto, levanta, rojo, abajo, mira, corre, vivir, ahora.
Inconscientemente me levanto y miro abajo. Hay un muto enorme haciendo temblar el baobab, ya que lo está envistiendo una y otra vez.
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