Historia que cuenta la historia de Nathan, un chico del distrito 7 que sale elegido para los 56º juegos del hambre

domingo, 29 de julio de 2012

Capitulo 8

Me despiertan los gritos de Priscie, que según ella lleva mas de veinte minutos intentando despertarme. Yo creo que está exagerando. Me dice que hoy es un día bastante importante, porque es el primer día de entrenamiento, y veremos que se le da mejor a los demás tributos.
Vamos a desayunar, y por primera vez no soy el primero en llegar, ya están allí todos menos Priscie y yo. Me tomo un tazón de chocolate caliente y unos bollos rellenos de una extraña crema. Silvia se toma un tazón de leche con unos aros que al parecer tienen muchas vitaminas. Mañana lo probaré a ver si me gusta.
Antes de bajar al entrenamiento, Jeff nos dice que mostremos algo de nuestras habilidades, pero no todas para poder engañarles durante los juegos. Asentimos con la cabeza y nos montamos en el ascensor. Silvia está bastante nerviosa, y le digo:
-No te preocupes, yo te voy a enseñar-
-Aun así no tengo oportunidades de ganar-dice
-Eso no se sabe Silvia-le digo para consolarla, aunque realmente pienso que es muy poco probable que gane.
Llegamos a la sala de entrenamiento, y vemos que no ha llegado nadie aun. Solo está la entrenadora, que nos explica como tenemos que comportarnos, y que debemos probar casi todos los puestos.
Poco a poco empiezan a llegar todos los tributos, y la entrenadora les da la misma charla que nos ha dado a nosotros.
Silvia y yo empezamos en el puesto de lanzamiento de cuchillo, en el que el encargado del puesto nos enseña como coger los cuchillos para lanzarlos. Probamos un poco, y veo que a Silvia se le da bastante bien. Por lo menos le da a los muñecos, no como yo que todavía no he conseguido dar a ninguno.
Después vamos al puesto de espada, donde descubro que no es tan fácil como pensaba utilizar una. De todas formas después de bastante práctica le cojo el tranquillo y la se utilizar medianamente bien, cosa que no se puede decir de Silvia, porque a pesar de intentar enseñarla durante bastante rato, no consigue aprender. 
Los profesionales se ríen de los demás, ya que al parecer a ellos se les da bien todo. A Bob, el tributo del 1 se le da bien casi todo, y es una mole de músculos. A Dazzler, la del 1 se le da bien utilizar el arco y al parecer también la cervatana, ya que acaba de clavar cinco dardos justo en la garganta un maniquí. A Zak, el del 2 se le da bien todo lo que sea lanzar cosas, ya sea cuchillos, lanzas o cualquier otra cosa que se lance con la mano. A Vivian, la del 2 se le da bien la espada, el cuchillo cuerpo a cuerpo y es demasiado ágil para mi gusto, ya que es capaz de subir la pared que han puesto para escalar en menos de un minuto, y luego bajar de un salto sin hacerse daño. 
En cambio los del distrito 4, que se supone que también son profesionales, este año lo único que saben hacer es hacer redes, cosa que seguramente les será muy útil a los profesionales, pero estoy seguro que en una pelea contra uno de ellos dos ganaría yo. Al ultimo puesto que vamos hoy es al de armas pesadas, en el que hay mazas, hachas, y unas bolas de unos cuarenta o cincuenta kilos, que yo puedo levantar con algo de esfuerzo.
En este puesto, Silvia solo mira porque no puede coger ninguna de esas armas debido a su peso. Yo practico un poco con el hacha, aunque ya la se manejar a la perfección, y la intento clavar en un maniquí, cosa que no me cuesta mas de un intento. Me imagino que lanzar hachas también se le dará bien a Zak. Pruebo a utilizar una maza, y se me da bastante bien, pero no creo que este año pongan mazas en la cornucopia. En ese momento se me ocurre una cosa. Cojo dos hachas y empiezo a escalar por la pared utilizándolas para subir. De esta forma podré escalar cualquier cosa que haya en la arena, ya sea árboles, hielo, piedra...
Se acaba el tiempo de entrenamiento, y vamos al comedor en el que comen todos los tributos los días antes de los juegos. Los profesionales se sientan todos en una mesa, y los demás tributos se sientan algunos con su compañero de distrito, o solos. Yo me siento en una mesa con Silvia. Comemos bastante y subimos a nuestra planta, ya que los dos días de entrenamiento nos dejan todo el día restante para que hagamos lo que queramos, siempre que sea en la planta 7.
Así que Silvia y yo nos sentamos en unos sillones que hay al lado de una gran cristalera, y nos ponemos a jugar a un juego que se proyecta en la pared de los juegos del hambre. Consiste en que te plantean una serie de situaciones reales de tributos de juegos anteriores, y tienes que resolverlas sin que te maten. Realmente creo que puede servirnos para ganar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario