Historia que cuenta la historia de Nathan, un chico del distrito 7 que sale elegido para los 56º juegos del hambre

domingo, 29 de julio de 2012

Capitulo 9

En la primera de las situaciones que se nos plantea en el juego, somos una chica débil que esta en el principio de los juegos, y el juego nos pregunta que debemos hacer, ir a la cornucopia a por armas o salir corriendo en la otra dirección y preocuparse luego por las armas. Esta es fácil, decimos sin pensarlo la segunda opción. Y es correcta.
La segunda situación nos mete en la piel de un chico fuerte que está al borde de un acantilado, y tiene muchas heridas. Esta enfrente de una chica a la que le falta un ojo ,y tiene un hacha. La chica lanza el hacha contra el. El juego nos pregunta que hacer, intentar coger el hacha al vuelo o dejar que caiga por el precipicio. Estos juegos los recuerdo, son los del segundo vasallaje. Fue el primer año que entré en la cosecha, y se que ese chico es el ganador de esos juegos, y que ganó dejando que el hacha cayera por el precipicio.Gracias al campo de fuerza que delimita la arena, el hacha volvió y se clavó en la cabeza de esa chica. Así que se lo cuento a Silvia ya que ella tenía siete años y sus padres no dejaron que viera los juegos, y digo la segunda opción, que como ya sabíamos es correcta.
La siguiente situación nos enseña a un chico que está agarrado a un tronco a punto de caerse por una cascada. El juego nos pregunta que hacer, intentar subir o dejarse caer por la cascada. Lo pensamos un poco y decidimos que si se deja caer seguramente se mataría, así que decimos la segunda opción. Vemos al chico subir, y una chica le atraviesa el cuello con una espada. En la pantalla del juego pone "MUERTO". Sale la secuencia en la que se deja caer, y vemos como sale del agua ileso. 
Volvemos a empezar, y cuando llegamos a la tercera situación decimos la primera opción. Vuelve a salir la secuencia en la que el chico se deja caer por la cascada, y pasamos a la cuarta situación. En esta somos una chica bastante fuerte, con una lanza, que está frente a tres tributos muy fuertes, pero desarmados. El juego nos pregunta que hacer, lanzar la lanza a uno de ellos y enfrentarse a los dos restantes o lanzar la lanza a uno de ellos y salir corriendo de los otros dos. Estamos a punto de decir la segunda pero nos damos cuenta que al ser la cuarta pregunta no puede ser tan fácil, por lo que decimos la primera opción. Es correcta, porque después de matar a uno de ellos va a por los otros dos y cae un rayo justo detrás suyo. Si hubiera huido le habría caído de lleno.
La quinta situación, nos enseña a un chico sin una mano desangrándose. El juego nos pregunta que hacer, levantarse e intentar matar al último tributo o esperar a que algún muto mate al ultimo tributo. Lo pensamos bastante y al final decimos la primera opción, y es correcta. Llevamos cinco acertadas.
Seguimos jugando hasta que se ve el atardecer por la cristalera, y sabemos que es la hora de ir a nuestras habitaciones a prepararnos para cenar.
Me ducho y me pongo una camiseta naranja y un pantalón beige. Salgo de mi habitación y me siento a cenar. Ya han llegado todos menos Silvia, así que la esperamos. Cuando ya ha llegado, empezamos a cenar, y Jeff nos pregunta por nuestro primer día de entrenamiento.
-Bastante bien-digo.
-La verdad es que yo solo he aprendido a lanzar cuchillos-dice Silvia.
-Bueno...pero eso está muy bien-dice Jeff.
-Es verdad, además si mañana aprendes a escalar podrás subirte a algún alto y tirar cuchillos desde allí-le digo para animarla.
-Ya, pero Vivian podrá alcanzarme allá donde me suba-dice.
Es verdad, por mucho que aprenda a escalar Vivian lo hará mejor, y nos podrá seguir a donde quiera.
-Pero a ti se te da mejor que a ella lanzar cuchillos-digo.
-Hay muchas mas formas de morir-contesta indiferente.
-Lo sé, pero tienes que intentar ganar-le digo abrazándola.
-Lo intentaré-me dice todavía abrazandome.
Terminamos de cenar, y nos vamos a dormir ya que mañana tendremos que ir de nuevo al entrenamiento.
Como todas las noches antes de dormir, me acuerdo de Kate, de su pelo, de su voz, de su cara, de su tacto, de su olor. Me tumbo en la cama y me duermo a los pocos minutos, imaginando que ya no estoy en el Capitolio.

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